Dentro de esta plantilla de los Sixers, destacaban dos jugadores principalmente: Moses Malone, uno de los pívots más dominantes de la liga en los ochenta y a la postre MVP de las Finales del ’83, y Julius Erving. El alero neoyorquino, apodado Dr. J, con un físico privilegiado, se colgaba del aro como pocos en aquella época y la plasticidad de sus mates es todavía recordada hoy en día. Las cosas nunca han sido fáciles para Jimmy Butler , y quizá por eso el escolta sacó a relucir su mejor versión cuando nadie esperaba ya nada de los Heat en las finales de la NBA.